Hey, if the sky comes falling down for you, there's nothing in this world i wouldn't do.
Do you still believe in love, i wonder?
What if i'm far from home? Oh, brother, i will hear you call.
Hey, if the sky comes falling down for you, there's nothing in this world i wouldn't do.
Cuando la violencia te mira a la cara, fijamente, con sus ojos inyectados en sangre, es complicado creer que vas a escapar a ella. Tienes la opción de apartarte, echar cuerpo a tierra, o salir corriendo tan rápido como te permitan las piernas. Huir. Cubrirte. Porque la violencia es guadaña de amplio filo, y todo lo alcanza. Siega con cortes rápidos aquello que encuentra. No puedes enfrentarte a ella, a no ser que la combatas con más violencia. Y eso es terrible. El efecto es devastador.
Escuché hace poco que los seres humanos reaccionan de manera imprevista en situaciones extremas. Es cierto. Yo nunca pensé que sería capaz de mantener la calma delante de una fiera acorralada y enloquecida. Nunca pensé que podría decidir dar cuatro pasos y cerrar una puerta a mis espaldas. Y lo he hecho. Por primera vez en mi vida, he dicho que no de verdad.
Y se ha roto el cielo, aunque fuera hacía sol.
Sin embargo, existe fuerza todavía más poderosa que la violencia. Yo creo en ella. En este mundo de gritos, de peleas, de conflictos armados, de asesinatos y de almas carnívoras, existe la fuerza capaz de detener la violencia. Yo la he visto. Me ha dado las armas para acariciar el lomo de esa fiera acorralada, me ha dado la determinación para caminar hacia una puerta y salir. Me ha dado el empuje necesario para darme la vuelta y regresar. Me ha dado el valor para llorar y para ver a través de las lágrimas. Hoy he entendido lo que es llorar, pero llorar de alivio. No sabía que podía hacerse eso.
Esa fuerza es el amor. Y al cuerno, de verdad, con todas las veces que esa palabra se asoció exclusivamente a una pareja; al diablo con todas las canciones que la emplearon en un bajísimo porcentaje de su significado; al infierno con las religiones que no supieron transmitirlo; al demonio con todas las estupideces asociadas a esta fuerza, que ha movido corazones desde el mismo eclipse de los tiempos.
Es el amor al que he visto enfrentarse a la violencia. He visto al amor hacer volver al exiliado, he visto al amor torcer la verja del encarcelado, he visto al amor besar las lágrimas del arrepentido. Lo he visto cubrir de besos y abrazos un universo que hacía apenas cinco minutos estaba destrozado. Con breves gestos, lo he visto reconstruir un mundo entero.
He visto al amor convertir las cenizas en verde.
Y aunque el amor no es permanentemente hermoso, no es como toda esa basura ficticia quiere hacernos creer, es posible mantenerlo. Porque lo importante es lo sólido de la base. Si eso no se tambalea, pueden levantarse imperios enteros. Aunque reine, por un momento, la desolación.
Yo lo he visto. Yo he sido testigo.
Porque incluso cuando te odio, no puedo vivir si te vas.
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