Yo ya sabía que últimamente lloraba (lagrimeaba, más bien) bastante, pero esta última semana se puede afirmar que lloro absolutamente por todo. Y no sé a qué echarle la culpa, porque mucho me temo que decir "las hormonas" es absolutamente sugestionado, que tampoco está la cosa tan avanzada. No tengo claro si es susto, emoción, mucho susto, mucha emoción, o la combinación explosiva de todas a la vez.
Imagino que dentro de dos meses, cuando todo esté más asentado, se me pasarán las ganas de llorar por todo. O no. O lo mismo esto es un tren en llamas que va cuesta abajo, mientras Bob y yo nos reímos histéricamente porque las alturas molan, pero también dan miedo.
Mira, yo ya no lo sé.
Me voy a... a ese sitio. Me da la risa y el llanto al mismo tiempo, help, this is a shipwreck.