Ayer Yassi terminó oficialmente y yo pensaba en darle un abrazo, uno fortísimo, aunque está a muchos kilómetros de mí. Estaba guapísima, como siempre, rodeada de sus globos y con su copa en la mano.
PhinisheD, amiga.
Claro que sí, aziz-e delam. Pero lo que me calentó el corazón todavía más es que, incluso en su celebración y en su alivio, seguía teniendo palabras de aliento para mí. Me dijo que no me rindiese, que siguiese nadando, que las cosas llegan a un final aunque a veces nos parece que no lo hagan. Especialmente cuando estás metida hasta la frente en todo el meollo.
Gracias, Yas. De verdad. Te prometo que terminaré, que seguiré nadando. Y le van a dar por culo a este país, a los visados, a todo lo que me está quitando la vida a pellizcos. Porque pase lo que pase, mañana será otro día.
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